Los niños manifiestan temores y miedos a situaciones cotidianas normales como irse a dormir (terrores nocturnos), ir al baño, acudir al cole, separarse de los padres…
“Mami tengo miedo”
Esta frase todos las hemos sufrido , oído o incluso sentido en nuestras propias carnes. Según los psicólogos forma parte de nuestro desarrollo evolutivo y necesitamos sentir esa emoción para avanzar. Nos hace crecer y sabe donde están nuestros límites. Es algo que forma parte de nuestro ADN de ser humano y la evolución ha hecho que al sentir miedo nos desarrollemos.
Hay que diferenciar el miedo de los niños y las fobias infantiles
El miedo suele ser a algo que vemos, algo físico, en cambio las fobias se disparan aunque el hecho no esté presente. Es algo que debemos vigilar al niño y si sucede demasiadas veces acudir a un profesional.
Existen miedos evolutivos que suceden según la etapa del desarrollo del niño y desarrollo emocional y cognitivo. Pero según sean entendidos o vivan esa experiencia, cambiará la forma de sentir esos miedos.
A veces, nosotros los padres contagiamos nuestros miedos o recurrimos a la estrategia del miedo para conseguir algo. “No metas el dedo en el enchufe” “ cuidado al bajar las escaleras” o el clásico “ Te vas a hacer mucho daño”. Cuando manifestamos nuestro miedo por ejemplo hacia un animal , una serpiente, el niño “aprende” los miedos. Muchos de nuestros miedos actuales son heredados , aprendidos y no tienen una base lógica. Sencillamente, imitamos también el miedo.
Los diferentes miedos infantiles según la edad
Primer año
Tienen miedo a no comer, a separarse de los padres o cuidadores, a estar con desconocidos y a veces a fenómenos que no entienden como ruidos muy fuertes o sobresaltos.
Segundo año
Piensan que no quieren separarse de los padre , los lugares que no son entornos conocidos y el hacerse daño. Se angustian por lo desconocido y los viajes muy largos se les hacen tediosos y les sobresaltan.
Tercer año
Esta es la etapa más fuerte de los miedos. La oscuridad, el hacerse daño, los seres imaginarios de su mente, los monstruos, brujas. A veces los otros adultos y el aspecto físico les aterrorizan. A veces personas con disfraces y con uniforme también les aterroriza. Les preocupa la enfermedad y el daño físico.
Cuando tiene miedo nuestro hijo es mejor no reñirles ni tampoco hacerles sentir que ha hecho algo mal. No es bueno ridiculizarlos ni hacerles sentir mal. Hay que explicarles que estás con él, que le ayudarás y le apoyarás y pronto pasará el motivo que ha ocasionado el miedo.